domingo, 30 de junio de 2013

Palabras de Sabina con sabor a Romeo y Julieta.


No quiero hacer nada más que olvidarme de este horrible día ¿por qué tuvo que llegar, joder? Con lo bien que estábamos... Que digo, estábamos fatal... Sólo quiero dormir profundamente y soñar que estás a mi lado como cada noche y que despiertes a mi lado como esa mañana...

-¿Por qué no paras de mirarme? -te enredas entre las sábanas-
- Porque quiero detener este momento para siempre.- te doy suavemente en la nariz y acto seguido te carcajeas- me fastidia porque momentos como estos no se van a volver a repetir...
-Pero no te desanimes, seguro que tenemos momentos mejores... ¿Alguna vez te has sentido inmortal, en los que sientes que nada puede contigo? -Asiento mirándote a los ojos- 
-Sí, pero luego te das cuenta que lo que para ti te parece una eternidad en realidad son pocos segundos, y nadie se ha parado a observarlo. Ni si quiera tu mismo, es como : ¿Qué, ya ha pasado? Sentirte inmortal es una de las mejores sensaciones del mundo, no sé por qué dura tan poco
-Bueno, supongo que es porque así te quedas con ganas de más... Sé que fastidia que te sientas lo más libre del mundo en ese momento y que sea efímero, pero ahí está la gracia, ya sabes lo que dicen: Lo bueno se da en pequeñas dosis, no? Mientras tú disfrutes de esos pocos segundos ¿que más da si la gente no se para a verlo u oírlo? -me sonríes y me guiñas un ojo. No puedo evitar sonreírte- 
-Hay arriba sólo se está unas pocas veces... y tienes que disfrutarlo es como 'mi momento'. Que le den al reloj, hay cosas más poderosas.

Cada vez que recuerdo esa conversación me apetece más despertarme contigo... Déjame que vuelva a tu lado, por favor. Te juro que no permitiré que te alejes nunca más. Sé que soy un capullo que te dejó ir pero es que te necesito tanto... Puf... Ya no sé que decir para que vuelvas a mi lado. Perdí la cuenta de las veces que fingimos ser los mejores en esto del amor y que la gente se lo creyera. ¿Por qué lo hicimos? Antes nos salía al natural, éramos felices y lo demostrábamos...
Llamo a tu portal, llueve muchísimo pero me da igual, quiero verte, no aguanto ni un segundo más sin hacerlo...
-¡Annita, mi niña, baja!
-Dani, ¿pero tú estas loco? ¿No ves la que está cayendo?
-¿Te crees que me importa? Va, bájate que no puedo estar más tiempo sin verte 
Y bajaste, y recuerdo que nos empapamos pero nos dio igual. Supe que lo nuestro no iba bien cuando ya me daba igual no verte en una semana, cuando nuestras conversaciones por teléfono eran las típicas de un par de amigos... Aún me pregunto cómo pude dejar que llegásemos hasta ese punto...
---------------------------------------------------------------------------------
 Primer día sin ella, y los que me quedan, supongo. Decido no tragar más techo por hoy, aún son las ocho y media de la mañana de un sábado que me parece que va a ser eterno. Tras duras reflexiones he intentado entender que tengo que avanzar, que no puedo seguir recordando toooodo lo maravillosa que era Anna. Hago lo mismo de cada mañana, desayuno, ducha, ordenar la casa. Mientras estoy haciendo esto último suena el fijo, ilusionado voy hacia él tan ingenuo creyendo que es ella. Desilusionado al ver que no es su número, descuelgo.
-¿Sí?
-¿Dani? Vas a venir a la barbacoa de hoy, ¿no?
-¿Barbacoa? -pregunto extrañado- Ah, joder, es verdad... Pues se me había olvidado, esta semana he estado algo liado
-Bueno, es igual, ¿vienes o no?
-No me apetece mucho la verdad, mis ánimos hoy son nulos
-Ey, ¿que te pasa?
-Larga historia, ya si eso te lo cuento otro día
-Bueno pero vente, por favor, no le hagas el feo a Héctor, el pobre inaugura su nueva casa y no puedes faltar...
-Ya veré lo que hago, Carlos, me lo pienso y si voy te llamo y vamos juntos...
-Vale, de todas formas te llamaré yo porque no me fío... -se ríe-
-Como quieras... Adiós, tío... -Suspiro y cuelgo-
Genial, con las pocas ganas que tengo y encima me toca ir de comida con mis amigos de siempre, pues nada.. Otra vez a aparentar..
Tras mucho pensarlo decido ir, mis amigos y sobre todo Héctor que llevo con él desde los seis años no tienen la culpa. Llamo a Carlos para decirle que bajo. Estamos en el coche de camino a casa de Héctor cuando caigo en la cuenta de que Andrea, la novia de Héctor es la mejor amiga de Anna... Dios, si existes, Anna no estará allí... Sólo te pido eso.

Y morirme contigo si te matas
Y matarme contigo si te mueres.

Olvidame, pero quédate conmigo.


Salgo de tu coche, posiblemente la última vez que vuelva a montar en él y no es porque yo no quiera, sino porque me cansé. Me cansé de ser yo la que siempre va detrás de ti, de impulsarte a hacer cosas. Prácticamente parecía que te obligaba a quererme, pero estoy harta, sí, harta. Pensaba que con sólo querer era suficiente pero poco a poco me di cuenta de que no y tú tampoco hacías nada para que lo nuestro siguiese adelante. No puedo cargar yo con todo, ¿no? Es que... Me utilizabas a tu antojo, sólo me faltaba ponerme de felpudo para que me pisases... Que a lo mejor no es así, a lo mejor, me querías, pero yo no lo veía de ese modo y estallé. Me besabas y a penas sentía tus labios, me acariciabas con tus manos, siempre frías, pero en los últimos meses lo notaba un poco menos porque también era frío lo que corría por dentro de mí en ese momento... Y te tengo que decir adiós. Porque ya no encuentro nada a lo que aferrarme, y te juro que si hubiera algo me agarraba a un clavo ardiendo, créeme. Hazme ver que estoy equivocada, que hay una mínima posibilidad, dime que me quieres, demuestalo. Dime que quieres besarme, que la razón no le ha ganado al corazón... Y que mueres por volverme a tener en tus brazos. Y me importas, y quiera o no mi felicidad se acaba de marchar. Me pregunto como es posible que alguien te haga tanto daño y a la vez te importe tanto... Como es posible que te haga perder las ganas de sentir lo que pasa en el resto del mundo, de escuchar, de reír...

Aunque sea mía la decisión de acabar con esto, en realidad no quiero... Quiero seguir jugando a creer lo que no es, a ver lo que no hay, pero es que si te miro a los ojos, los míos empiezan a arder y a desprender lágrimas, lágrimas de rabia por... intentar atraparte. Prefiero volver al principio del todo, a poder sentir el cosquilleo de soñar, de no pensar, de hacer las cosas por impulso y que tú me sigas, o que tomes tú alguna vez la iniciativa, no que tenga que estar yo tirando de ti... Es que parece que mantenía una relación con una marioneta. Salvo en algunos casos. En la cama. Ahí te transformabas totalmente. Y aún me pregunto por qué solo ahí. Por qué solo en ese momento me hacías sentir en una nube, de la misma forma que lo hacías en la cama lo podías hacer el resto del tiempo, ¿no?. Sólo te pido que esto sea como el principio, mágico, abstracto, diferente, que la gente se muera de envidia porque nos queremos más que ninguno, ¿es tanto pedir? Los dos sabemos que los últimos meses elegimos el camino fácil, el de aparentar y parecía que funcionaba, aunque mal...

Y por si fuera poco, nuestras fotos en mi casa me hacen recordar, y no quiero, joder. Es un sí pero no. Quiero tenerte y volver al inicio, pero no quiero porque me cansé. Y no quiero verte porque sé que todo va a seguir igual y que no vas a hacer nada por cambiarlo... se ve que estabas cómodo haciendo el papel de marioneta. Me dejaste salir de tu coche, me dejaste que pronunciase ese adiós y no me perseguiste para decirme que me quedase. Posiblemente si lo hubieras hecho, ahora estaríamos juntos, en tu sofá o en el mío. Pero no quiero seguir recordando, ni recordándote. No sé muy bien lo que quiero y tampoco sé si quiero saberlo porque puede que si lo descubro vuelvas a aparecer tú. Sé que puede sonar egoísta porque quiero que te quedes aquí pero no conmigo... Quiero que me mires, que me digas que estas ahí, que me beses cuando te dé la gana y no cuando te lo diga, que digas que no puedes estar sin mí, que soy la mejor chica con la que has estado... aunque sea mentira. Pero es que tampoco quiero que te acerques, porque desconfío, porque dueles aunque ese dolor me haga sentir viva.

Prólogo: ¿Te acuerdas cuando me decías te quiero? Mentías.


Aparco en frente de tu portal. Silencio incomodo. Nunca creí que iba a llegar este momento, pensé que siempre serías mía. Se ve que no, que ya es hora de decir ‘adiós’ y de poner fin a esto.
-Adiós.- Y lo pronuncias, pronuncias esa palabra que nunca quise escucharte decir. Adiós. No hay palabra más triste… Se me forma un nudo en la garganta y no consigo responderte. Ya no tendremos más despertares juntos, ni risas, ni simples miradas… Ya está. Se acabó.- Te marchas del coche, así, sin más. Con paso firme, y yo arranco enseguida, si me quedo un segundo más allí te gritaría para que volvieras a mi lado.

Llego a mi casa, cansado, triste y apagado. Me dejo caer en el sofá, enciendo la tele para que haya un poco de ruido en la casa y así evadir mis pensamientos. Pero no lo consigo. Te necesito, joder, entiende que te necesito…Y, perdóname si sólo quiero estar contigo, si cada vez que te veo me tiembla el cuerpo y no consigo más que dedicarte un seco ‘hola’. Puede que tú pienses que no estamos hechos para escribir una historia, pero entiende que se me va a hacer raro mirar hacia el otro lado de la cama y ver que no estás y que posiblemente nunca más estarás. Soy un idiota que creyó en el amor, y sí, todo parece muy bonito al principio, ilusiones, sueños y esperar durar mucho tiempo. Pero eso poco a poco se transforma en polvo, y para polvos los que echábamos sin saber que nos estábamos convirtiendo en lo mismo que estábamos haciendo. Y ahora cuando no estás es cuando recuerdo todos los momentos que vivimos meses atrás, hacíamos de los bancos del parque el mejor lugar para pasar la tarde, o la mañana, o lo que fuera. Esos domingos aburridos que conseguíamos que fueran un sábado más. Tus hoyuelos en la parte baja de tu espalda que me volvían loco. Esa cámara de fotos que nos vio besarnos. Tus cosquillas, como olvidarlas y sobre todo esa risa, esas carcajadas que me daban la vida… No sé si debo seguir recordando o mirar al frente. Intentar olvidar y vivir el futuro. Llamo al teléfono de tu casa, ese que me sé de memoria, no me contesta nadie, debí suponerlo. Decido dejarte un mensaje: - Te echaré de menos. Por primera vez me pregunto si tengo algún motivo para seguir viviendo. No encuentro la respuesta, las respuestas no siempre llegan cuando uno lo necesita, muchas veces ocurre que quedarse esperando es la única respuesta posible. Aún recuerdo cuando decías que te quedarías para siempre. Y que ingenuo fui al creerlo... Aunque prefiero que me lo sigas diciendo, aunque sea mentira y que yo me lo siga creyendo. Pero a quien voy a engañar... Los dos sabemos que esto no tenía futuro... Supongo que extrañabas el no poder temblar de emoción a mi lado, no sentir el calor de mi cuerpo cuando te daba un abrazo. Yo te juro que lo intentaba que te abrazaba lo mas fuerte que podía para que me sintieses, para que te dieras cuenta de que estaba ahí, a tu lado... Por lo que veo no te diste cuenta...

Sólo quiero que vuelvas a mi lado, que esto aún no se ha acabado. Déjame disfrutarte un poco más... No desaparezcas como si nada. Si de verdad esto me está pasando a mí, hoy no quiero ser yo...

Distinto blog, misma historia

Holiiiiiiii, bueno, este va a ser el nuevo blog de la historia. Y vosotros diréis: Esta tía cambia más de blog que de bragas. Y en efecto, pero todo tiene una explicación y es que tengo menos memoria que un pez y bueno, la historia que hacia antes" Danna: Lo verdadero jamás acaba" se me olvidó el correo con la que la hacía (no me matéis) y con la que he empezado ahora me ha pasado lo mismo, esta la voy a retomar porque sólo tenía dos capítulos, en cambio la otra eran veinte y no se cuantos y no era plan de seguirla, a parte que no había inspiración... Así que en este nuevo blog seguiré la de "Danna: Cuestion de tiempo". Ya tengo el correo apuntado para que no se me olvide más y todo. Así que nada, eso. Que los que queráis que os avise para los caps dejarmelo en los comentarios o mencionarme en Twitter @Marinitaa_Floow que si no no me entero. Espero que os guste la historia y nada que Un abriiiiizo